Al principio del año, Gretta se sentó a escribirle una carta al Presidente Joe Biden y la Vicepresidenta Kamala Harris, pidiéndoles que reformaran el sistema de inmigración para hacerlo más justo y acogedor para personas como ella. ¿Su petición principal para el presidente? Terminar la detención de inmigrantes.
Su carta vino de un lugar de experiencia personal. Aunque ahora ya ha vivido muchos años en California, Gretta pasó más de 900 días--casi dos años y medio--en detención de inmigración. Gretta primero entró al sistema de detención después que fue detenida y un policía descubrió que tenía alcohol en su sistema.
“Yo tuve una cita de tráfico, y por eso, pase 900 días en el infierno,” ella dijo. “En detención, yo fui maltratada, burlada y amenazada, lo pase todo.”
Como mujer trans, el tiempo que Gretta estuvo en detención fue marcado por niveles extremos de discriminacion y violencia a base de género. Aun ahora, ya que ha sido liberada, sigue estando preocupada por la gente que sigue adentro, y enojada sobre la manera en que la detención hace millones de dólares al año para corporaciones privadas de prisión.
“Los dueños de los centros de detención y de las prisiones están haciendo dinero con cada persona que tienen en detención. Lo encuentro injusto, irracional usar un ser humano como un cochino o un pollo. Esto está completamente mal.”
En su carta, establece su visión para un sistema de inmigración más acogedor y justo, basado en sus propias experiencias.
“Con esta humilde carta, le mando un saludo y también una propuesta para inmigrantes con una orden de deportación. Sabiendo que se está siguiendo un protocolo que ya había implementado el Presidente Obama, y que a mi me pareció algo totalmente injusto. Les propongo lo siguiente: Que se tome en consideración nuestro buen comportamiento una vez se nos otorgue la libertad después de las detenciones por parte de ICE.”
Gretta cree que su historia es prueba que los inmigrantes se merecen una segunda oportunidad, y tiempo para establecerse y conocer el sistema Americano antes de ser castigados y devueltos a países natales peligrosos.
“Un juez de inmigración me dijo que me daría una última oportunidad, pero también me dijo “No quiero volver a verte en mi corte otra vez. Y si me entero que fue por lo mismo, no te daré otra oportunidad, y será deportada derecho a su país.”
Gretta tomó esta advertencia en serio. Sin embargo, no a todos los inmigrantes se les otorga esta oportunidad.
“Nosotros que hemos cometido delitos pequeños y violaciones de tráfico y que ya han pagado con la pérdida de nuestra libertad, y que no hemos cometido los mismos errores una y otra vez no debemos ser considerados deportables. En vez, se debe de reconocer que hemos pagado nuestra deuda a la sociedad.”
Ella reimagina el sistema de inmigración no como una agencia policiaca, sino como un tipo de oficina de información y educación para americanos nuevos, dando clases en leyes de los Estados Unidos y civismo, y conectando a inmigrantes con recursos como clases de inglés y vivienda.
Por su parte, ha estado tomando clases y trabajando en un centro que hace donaciones de provisiones necesarias del hogar para familias. Está trabajando en su inglés, hablado y escrito, aunque, “sigo teniendo acento, eso lo admito,” dice, riendo.
El impulso detrás de su carta vino por una simple razón:
“Habemos aquellos que quieren que este país sea mejor, porque es el país que nos ha dado una oportunidad, y queremos que nos sea un buen ejemplo para nosotros, para nuestras familias, y para otras mujeres trans como yo.”
Alejandra Oliva es la coordinadora de comunicaciones de NIJC.